Otra oportunidad

Marco Esteban Dionisio Pollock, como continuo reincidente en varios pecados morales para con las leyes divinas y terrestres, es un firme creyente de las segundas oportunidades. Como aquella vez que había perdido todo su dinero en un juego de Casita Robada y fue sólo gracias a la gracia de las segundas oportunidades que los demás jugadores le permitieron apostar las llaves de su auto y Mary, la muñeca inflable que llevaba en el baúl, doble o nada en una mano de casita a muerte súbita. Cuando las cartas estuvieron echadas, con un brillo en los ojos, el señor Pollock aulló: "esto va por vos Mary" y con una inesperada sota de bastos ganó el juego.

Hay algunas cosas que no se niegan en la vida, dicen. La más básica de ellas es "un vaso de agua". Sorprendentemente, el número de cosas que de ninguna manera se pueden negar crece de forma exponencial dependiendo de las necesidades actuales de los que enarbolan la frase. Un cuatro en un final, un pico sin lengua, veinte centavos para el bondi, un peso para la birra, una lengua, un cigarrillo, un trago de birra, el paquete de cigarrillos, manejar el 92 a las tres de la mañana por Coronel Diaz, las zapatillas, una noche de sexo lujurioso, un desayuno con tostadas, un dolar para la línea, la tarjeta de crédito, otra porción de pastel de papa, se cuentan entre las cosas que según la siguiente fórmula:

"un/a (introduzca aqui el elemento a pedir) es como un vaso de agua, no se le niega a nadie".

Marco Pollock ha negado muchas, pero muchas cosas en su vida, incluyendo vasos de agua. Lo que nunca pudo negar jamás es una segunda oportunidad cuando alguien la requería.

Por eso, está dispuesto a desearle la mejor de las suertes y un gran éxito a la nueva carrera que ha decidido seguir anónimamente (y disfrazado de conejo) el señor Michael Jackson.