Corazones de chocolate y pulmones de vainilla

Pecado Fresco quiere felicitar a todos los seres humanos en este día tan especial que se acerca con una velocidad de la que sólo el calendario -y el embole- son capaces.

Promediando la mitad de febrero, el mes más corto del año, sin por eso querer decir que el sentimiento homenajeado dure poco. Aunque, vamos, podrían haberlo puesto en un mes que durar un poco más, no digo 31, pero al menos 30 días. Justo van a poner esta festividad en el medio de un mes choto (de 28) que encima te da falsas esperanzas con todo ese asunto de los bisiestos porque, por eso, la gente tiene esperanzas de que una cada cuatro les dure un poquito más.

Pero desvarío. Es momento de una postal electrónica como solo Pecado Fresco puede hacerlas.

Por que debido a este sentimientos no sabemos si vamos o venimos.
No sabemos qué hora es.
No sabemos el día, el mes o la cantidad de veces que fuimos al baño.
No sabemos lo que es un baño.
No sabemos quién es presidente.
No sabemos presidente de qué.
No sabemos si tenemos que respirar o si el cuerpo lo hace solo.
No sabemos en que calle queda la esquina de Cerrito y Riobamba.
No sabemos dónde estamos parados.
No sabemos si somos o nos hacemos.
No sabemos estar parados.
No sabemos de qué color era el caballo blanco de San Martín.
Estamos parados y no sabemos por qué.
No sabemos coser, cantar, ni siquiera abrir la puerta para ir a juzgar.
Gracias a este sentimiento no sabemos nada de nada.

Por eso, Pecado Fresco les desea FELIZ DÍA DE LOS ENAJENADOS.

¿Qué?

Enamorados, perdón, feliz día de los enamorados.