A sus plantas rendido un lechón
El nombre del chancho era Luis Bonaparte, nadie sabía por qué se lo habían puesto, pero el animal (con el perdón de la palabra) lo llevaba con el orgullo propio de un chancho importante con nombre de señor importante.
Un día en que el gallo cantó a tiempo, los caballos tiraron de la carreta, los gansos miraron todo, el perro lanzó explosivas mordidas a sus pulgas, las ovejas pastaron, el hijo del granjero las miró con ojos llenos de lujuria, los chanchos se revolcaron en su chiquero y las cabras se burlaron de todos los demás. Un día, en fin, sin que nada diferente hubiese pasado, Luis Bonaparte llamó a todos los animales (perdón otra vez) a una reunión cumbre en el granero.
El granero, por supuesto, estaba cerrado: ningún granjero que se precie de tal dejaría que los hambreados animales de su propiedad tuvieran libre acceso al granero. Sabía además que estos edificios (usualmente pintado de rojo) solían ser utilizados para mitines políticos donde ciertos animales (lo siento de nuevo) tomaban conciencia de clase. Luis Bonaparte, entonces, reunió a los demás debajo del cerezo y les contó historias de lo que hizo su tío en Inglaterra. "Ellos hicieron una rebelión -dijo- lo nuestro será una verdadera revolución".
Todos los demás aplaudieron. Y así comenzó.
Las ovejas ofrecieron favores sexuales al hijo del granjero a cambio de la llave del armario de armas, los caballos tiraron de las carreta hasta volcarlas y convertirlas en barricadas, el gallo cantó consignas pegadizas, los gansos avisaron de cualquier movimiento en la granja, los chanchos revolvieron sus mentes en las batallas que estaban por venir, el perro armó unas cuantas molotovs y las cabras se burlaron de todos los demás.
La batalla fue un sangriento éxito, y Luis Bonaparte declaró de inmediato una chanchocracia. Entonces ató a los caballos porque eran demasiado fuertes, le puso un bozal al perro porque era demasiado fiero, le puso anteojos negros a los gansos que miraban los sitios correctos, hizo callar al gallo que hablaba demasiado, desterró a los otros chanchos por ser demasiado inteligentes y confinó a las ovejas a una zona roja por tener tanto sex appeal. Todos estuvieron de acuerdo con las medidas porque, en el fondo, era lo que todos creían de los demás.
Y todo le hubiera salido bien, excepto que luego intentó prohibir el innato derecho de las cabras de burlarse de todos. Y lo único que logró fue que las cabras pusieran todo su esfuerzo en burlarse de él: su credibilidad como líder se desplomó en cuestión de horas. Incapaz de soportar las risas de los demás (perdón) animales, Luis Bonaparte abandonó la granja.
La moraleja de la historia pueden deducirla ustedes, pero acá les va una pista ¿quién se acuerda del chancho conocido como Luis Bonaparte?
Yo tampoco. La historia me la contó una cabra, y todos saben que nadie puede creerle a las cabras.
17 Comments:
Creo que ya se en qué categoría poner el humor de este blog:
"Humor fácil... hecho dificil"
Y Dijo Orwell "Los animales, asombrados, pasaron su mirada del cerdo al hombre, y del hombre al cerdo; y, nuevamente, del cerdo al hombre; pero ya era imposible distinguir quién era uno y quién era otro."
Terrible animalada.
donde leí esto? es de laiseca?
dónde dónde lo leí!
“Todos los animales son iguales, pero algunos animales son más iguales que otros”, je
¡La culpa es del chancho!
Jajaja de acuerdo contigo las cabras no soy de fiar, el otro día una me dijo unos chismesotes que bueeeeeeno jajaja
Darío: No termino de entender si lo que dijiste es un halago o un insulto.
Por las dudas: Gracias amigo mío.
Por las dudas: ¿Qué te pasa, tarado?
Tache la que no corresponda.
Checha: Yo también lo quiero al bueno de George. Lo único que él quería era mantener al mundo a salvo del capitalismo.
Pésame: De Alberto "Bigotes" Laiseca leí Beber en rojo y Matando enanos a garrotazos. Me gustó lo que leí, pero no recuerdo nada como esto en sus escritos. Puedo decir que el texto es mío. Y en parte de George Orwell, claro.
Freud: Es cierto, algunos animales parecen más animales que otros.
El-que-les-da-de-comer: Hay que sacarse ese feo sentimiento conocido como culpa. ¿No será usted el culpable del pobre comportamiento de Luis Bonaparte?
Luthien: Cuéntese algún chisme de esa cabra. Ante cualquier problema, nos reiremos por lo bajo y diremos: "No se preocupen, son cosas de cabras".
MP
Ah, debe ser eso.
Del señor de bigotes leí El tanque, un cuento corto. O largo, según el lector.
Su alegoría sobre el caudillismo y las tiranías populistas es inapelable y , sobre todo, divertida... Marco, usted debe publicar urgentemente. Hágame caso...
Lo aprecia,
V.
Señor: le prohibo seguir demostrando en público sus fetiches, nos hace reir demasiado
Me vino a la mente otra frase de Orwell (pero en 1984).
”Hasta que no sean concientes de su fuerza, no se rebelaran. Y no seran concientes hasta despues de haberse rebelado. Ese es el problema!!!”
Ahora una pregunta pollock...la granja queda en argentina???, digo porque si es asi puede que Luis intente postularse de nuevo en unos años...
Me vino a la mente otra frase de Orwell (pero en 1984).
”Hasta que no sean concientes de su fuerza, no se rebelaran. Y no seran concientes hasta despues de haberse rebelado. Ese es el problema!!!”
Ahora una pregunta pollock...la granja queda en argentina???, digo porque si es asi puede que Luis intente postularse de nuevo en unos años...
perdon por la duplicacion de frases, producto de mi impaciencia y apretar dos veces el login...
Pésame: El Tanque no lo leí.
Veronique: Como siempre muchas gracias por sus comentarios más que halagadores. Lo de publicar no sé, para publicar hay que tener ideas claras, para tener ideas claras hay que saber generar repercusión y, en mí, la repercusión es un sueño eterno.
Analizadora: ¿Fetiches? ¿Cuáles?
¿La revolución? ¿El humor? ¿La pintura roja? ¿Los libros de otros autores? ¿Las moralejas tácitas? ¿Los conflictos sociales sangrientos? ¿Las Ovejas?
Hay que aclarar, tengo muchos.
Freud: Guarda con poner muchas frases de Orwell que el Gran Hermano de la Propiedad Intelectual te está observando.
Por lo de la repetición de comentarios no se preocupe, usted es simplemente otra víctima de la epilepsia digital, enfermedad muy común en la era de la Internet.
MP
tengo un perro que es maoísta
y dos gatos proletarios,
un pez rojo, un dromedario
guerrillero estalinista.
ya mi jardín es soviético
todo lleno de animales
que hablan de un mundo de iguales,
¡ay! el pensamiento herético.
a veces intento razonar
con ellos, tan reticentes,
pero me pierdo.
mi jardín es especial:
el único diferente
es el cerdo.
(lantos anticipa)
(http://mierdadescalzo.blogspot.com/2006/01/mi-primer-soneto-composicin.html)
(eso de arriba fue un chivo que se escapó de la granja)
Lantos: Una maravillosa obra del imaginario zoo comunista. Gracias por compartirla.
MP
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