Algo para los niños
Para contestar la tan difícil pregunta recurriremos a la tradición oral clásica con un breve pero claro relato infantil. Que dice así:
Una hermosa mañana de verano, Fleco y Male, dos adolescentes dibujados deseosos de conocer las eternas posibilidades del mundo, fueron a visitar al hombre de carne y hueso que solía interactuar con ellos. No querían ir, cada vez que hablaban con ese señor les quedaban menos ganas de buscar posibilidades y más ganas de encerrarse en su casa. La verdad es que los obligaban a ir, pero eso no hace a la historia.
Para llegar a la cabaña del hombre de carne y hueso tenían que atravesar el oscuro bosque. Como tenían miedo de perderse, Fleco fue dejando caer pequeños pedazos del pan dulce que le había sobrado de las Fiestas. Los pájaros se arrimaron curiosos, pero no los tocaron: Habían pasado seis meses desde Navidad y el pan estaba más duro que un merquero un sábado a las cuatro y media de la mañana.
Al llegar a una bifurcación del camino se encontraron con un dealer caníbal ex combatiente de Vietnam. "¿A dónde van?" dijo el dealer con un inusual brillo en la mirada. "A la casa del hombre de carne y hueso" dijo Male mientras los ojos del dealer recorrían cada una de sus animadas curvas, saboreando con anticipación lo que iba a suceder. "Vayan por el camino largo, es más seguro" dijo el dealer y cuando ellos se alejaron se apresuró a la casa del hombre.
El hombre estaba en el baño cuando llegó el dealer y se lo comió de un único bocado. Luego, se disfrazó con la ropa del hombre y esperó. Como los niños tardaban más de lo esperado, el dealer, por puro aburrimiento, rompió la primera regla de todo buen dealer y comenzó a probar sus propios productos.
Cuando Fleco y Male llegaron a la casa, el dealer estaba bastante drogado pero como aún tenía las ropas del hombre de carne y hueso los chicos no lo reconocieron. "¡Oh!" exclamó Male, "Qué faso tan grande tienes" y el dealer respondió "Es para comer de bajón" y se tragó medio pote de dulce de leche que fue a parar a su estómago junto con el hombre de carne y hueso. "¡Oh!" dijo entonces Fleco "y qué bolsa tan grande tienes", el dealer ya metía su nariz en la bolsa y aspiraba al grito de "Es para olerla mejor". Los niños se sobresaltaron, pero no dejaron de exclamar: "Qué cartón tan grande tienes". El dealer, que ya tenía algunos problemas para seguir cadenas lógicas de pensamiento dijo: "Es para verlos mejor" y se puso todo el cartón en la boca y comenzó a chuparlo con fruición. "Para verlos... Para ver... los... Dios... los colores... Los colores... Los colo...".
Entonces el dealer se murió de una sobredosis.
Lo que nos lleva a la moraleja de esta historia: "El que se droga y no convida tiene un Miroli en la barriga"
¡Chau chicos!
5 Comments:
ahora que lo pienso, yo solo le hablo a dibujos animados cuando estoy drogado.
eh.......
eh.................
la verdad...es....yo pienso..que
OH DIOS MIO!
creo que Macaulay Culkin seria un excelente flecos.
dios mio. que se te dio pollock? largando los champis!
jajajajajaa chiste mio jojojojo
Ay, ay, ay.......no me causo gracia.
bue, le falta un toque de tarantino y otro de coppola.
adios amigousss!
miau
WOW ya se me paso el efecto, recien ahora fijese....
Esa mied$#"/#(%$/%$%@ esta buena...
ok, lei su post ahora sin quimicos adentro u otras substancias....ile..legales.
Y ya no se que decir, again.
uuiiiiiiiiuuuuuuuuuuuooooooouuuuuuiiiuuuiiiu
adios
miau
BARUCHITOOOOOOOO.........
¿¿¿PORQUE?????
BUAAAAAAAAAAA....
uuuuiiiiiiiiioooooiiiiiiuuuuuu
¿Alguien recuerda a Julio "Chiche" Aráoz? Miembro del gabinete de Menem en la senda de Erman González (que pasaban de un ministerio a otro), que luego se pasó al duhaldismo y al día de la fecha aparece vez en cuando en las Charlas de Quincho de Ámbito Financiero. A lo que voy, había un spot en que Fleco y Male lo visitaban. Y como actor... lograba que cualquier ganador del Razzie se luciera como Brando.
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