Wednesday, June 07, 2006

El amor en los tiempos de Reagan


La protagonista de nuestra conmovedora historia de amor prohibido se llama Nancy y, excepto por el hecho de que era la Primera Dama, podría haber sido cualquiera de ustedes. Mujeres comunes y corrientes que el día menos pensado caen en los fornidos brazos de la pasión. Corría el año 1984, Nancy se encontraba en los estudios de la NBC, tenía que grabar un aviso sobre alguna caridad insignificante que tres días más tarde nadie recordaría pero que dejaría a todos con la sensación de que algún bien se ha logrado hacer. Sus maquilladores personales terminaron su trabajo y ella, antes de sonreir para las ubicuas cámaras, se tomo un segundo para recordar a su marido y la importante labor que lo mantenía lejos del lecho matrimonial desde hacía tanto tiempo. Nancy se sentía sola. Pero el trabajo de una Primera Dama es ser, ante todo, una dama (y no cualquiera sino la primera), por lo que su rostro triste se convirtió en una máscara de seguridad y salió a hacer su trabajo.

El protagonista de nuestra prohibida historia de amor conmovedor se llama Té, Mister Té. Aunque desde luego este no es su nombre real. Este hombre logró, durante años, contar una mentira al mundo mientras que ocultaba astutamente la verdad a plena vista. La versión oficial de los hechos es que Mister Té, nacido Laurence Tureaud, había obtenido su proverbial dureza al crecer en los ghettos de Chicago. Una mentira que circuló para esconder el verdadero origen Dominicano de Té, así como su verdadero nombre. Un nombre que lo avergonzaba y cuyas iniciales, no obstante, correspondían con las del personaje que lo catapultó a la fama: B.A. En la versión doblada conocimos a ese personaje como "Mario" Baracus, pero el original no era otro que "B.A." Baracus. Té nunca conoció a su padre, marinero que navegaba bajo una bandera de extraños colores que su madre no podía o no quería recordar. Su madre se empeñó en darle al niño el nombre de su padre, tal como marca la tradición, pero entre el fuego de la pasión, la desesperación y el apuro por alcanzar el barco, el marinero ni siquiera había mencionado el suyo (y tal vez de haberlo hecho la madre de B.A.Té, no habría podido deletrearlo) por lo que se limito a llamar a su hijo con la principal característica de su progenitor. Así nació Buen Amante Tureaud, que para el mundo sería tan sólo Mister Té.

Luego de terminar su comercial en la primera toma, Nancy se quedó en el estudio durante algunos minutos hasta que su chofer personal trajera la limusina a la puerta trasera, donde estarían esperándola todos los periodistas a los que honraría con las sagradas palabras que acompañan su cargo: "Por favor, sin comentarios". Pero esa salida nunca sucedió. La puerta de un set se abrió y el enorme cuerpo de Té apareció entre el humo de una máquina recientemente creada por la Brigada A. El destello del oro en su cuello, el suave roce de las plumas de sus aros, el grave tono de su voz y el destello de las luces en su craneo la cautivaron al instante. "Hola, soy Nancy" pudo decir con voz entrecortada. Té la miró, el traje sastre ajustado, la rigidez del rostro y la tristeza de los ojos detrás de la sonrisa electoral le recordaron lo blando de su propio interior. "Esta mujer es como una versión blanca de mi madre" pensó y de inmediato la amó apasionadamente. Nancy ya no estaba sola.

Meses después de iniciado el romance, Ronald, marido de Nancy, comenzó a sospechar que su mujer lo engañaba. Tenía muchas razones para hacerlo: la mirada perdida, la sonrisa constante, la palabra precisa, el grosero collar de oro con una letra T de medio kilo colgando de una gruesa cadena que encontró entre las alhajas familiares y el hecho de que casi siempre que intentaba entrar en el cuarto de su mujer (él dormía en el cuarto Lincoln y ella en el ala Kennedy) la puerta estaba con llave, escuchaba el grito "¡Cielos! Mi marido" y sonidos de ropas que se levantan del piso, tintineo de collares, ventanas que se abren, hombres que saltan desnudos al jardín de la Casa Blanca y, a lo lejos, perros. Tantos perros.

Ronald, al borde de las lágrimas le pidió a la Primera Dama que las cosas volvieran a ser como antes, que de ahora en más podrían volver a dormir en el mismo cuarto (en camas separadas desde luego), que la llevaría al cine más seguido y que tendrían sexo una segunda vez al mes si eso la hacía feliz. Y Nancy volvió a sentirse necesitada.

En la última visita registrada de Mister Té a la Casa Blanca, en 1987, éste le llevó las nuevas figuras de acción que lo mostraban en toda su flexible hombría (con golpe de karate y collares incluídos). Aseguró que la serie era un éxito y que seguiría en pantalla hasta el nuevo milenio. Nancy lo recibió con la mirada baja, le dio un último beso y le dijo que había sido hermoso, pero que lo suyo no podía durar. El corazón de Mister Té, al igual que el de los muñecos, se rompió en mil pedazos.

Ese mismo año Brigada A fue cancelada, "Mario" Baracus se negaba a hacer lo que le indicaban los guiones. Muchos dicen que lo que lo sumió en la depresión fueron los bajos ratings, otros, más sabios, sostienen que es imposible actuar cuando todos tus pensamientos están puestos en Nancy Reagan.

19 Comments:

At 7:35 AM, Blogger Mundo del Cinismo said...

Dicen que volvieron a verse en el sepelio de Ronald. Y que Té le ofreció a Nancy fugarse a la Argentina, dado sus contactos con los cabecillas de golosinas Terrabusi (para quienes rodó un comercial, entrado en su decadencia). Pero Nancy es una mujer dura. Cuentan que ante un cáncer de mamas, ordenó una masectomía antes que plantear cualquier otra clase de tratamiento (no jodo, está en el "Nancy Reagan" de Kitty Kelley)

 
At 11:53 AM, Blogger Lena said...

un garcía márquez revolucionado, por lo que observo.

 
At 12:48 PM, Anonymous Anonymous said...

Generalmente no soy de pensar que todo tiempo pasado fue mejor o menos peor. Sin embargo me atrevo a decir que en los 80 eran menos peligrosos. Si a Mario por corretear a la esposa de Reagan le bajaron la serie...que no le hubiese pasado si se le ocurria corretear a la esposa (o una hija o a mambas o a las tres) de Bush...

 
At 9:57 AM, Blogger Unknown said...

Que historia sordida, descabellada pero sumamente romantica.

Como habrian sido los hijos de esta pareja? "...."

La verdad que cosa, yo quisiera vivir una historia asi, aunque seguro seria sumamente angustiante.

Saludos
Ex Ex miau

pd. JAJAAJAJAA donde esta la vendetta pollock??? aun la estoy esperando.
>^_^<

 
At 11:04 PM, Blogger Marco Pollock said...

MDC: Los rumores del encuentro en el funeral son ciertos, la cena que vino después y la negativa de Nancy son sólo leyendas urbanas.

Luna: Si te gustó este, no te pierdas Cien años de saciedad... La verdadera historia de porqué Jack Black se puso a dieta.

Freud: Por si acaso, yo no me metería con ningún miembro de la familia Bush... Mirá lo que le pasó a Collin Powell.

Akumu: Es difícil encontrar alguien con quien vivir esas historias, por desgracia no abundan los señores T.

MP

 
At 3:41 AM, Blogger Unknown said...

Eh....Le contesto por aca...

Tolkien habla de amor....amor gay, la mayor parte del tiempo, pero habla.

Sr T, yo tengo uno. asi que soy afortunadistic por ello.

Sigo sin entenderlo enemigo numero one, no tiene ni vendetta, ni atenta contra amenaza alguna....es peor que cachorro de bulldog ud.

saludos
ex ex miau

 
At 5:18 PM, Blogger Mundo del Cinismo said...

O sea, Cacho Fontana (voz a cargo del comercial de Terrabusi), mintió... o se le dio por decirlo luego de una noche de merca (dicen que al igual que Javier Portales, tenía tabique de platino)

 
At 7:57 PM, Blogger COMANDO NORMA ALEANDRO said...

El tabique de platino es un premio al leal consumidor?

 
At 9:48 PM, Blogger Marco Pollock said...

Claro... Después de cinco de oro te dan uno de platino, después del quinto platino te hacen empleado del mes.

MP

 
At 1:11 PM, Blogger Pimpinela said...

Las fotos del empleado del mes deben ser muy interesantes...
Por cierto, "Buen Amante"...y por qué no Genial? Flojo papi...flojo.

 
At 5:17 PM, Blogger Marco Pollock said...

Akumu: La venganza llegará cuando menos la espere porque, como dicen los Klingons, se sirve mejor fría y con un golpecito de microndas, algo de decoración y con tres salsas por lo menos.

Marian: La madre de Mister Té era conocida por decir siempre la verdad... ¿Por qué no Genial? Y... simplemente porque no lo fue.

MP

 
At 6:38 PM, Blogger Darío said...

"Esta mujer es como una versión blanca de mi madre" pensó y de inmediato la amó apasionadamente...

¡SABÉS LA SARTA DE IMBECILIDADES QUE DEBERÍA ESCUCHAR YO, SI ME ATREVO A ESCRIBIR UNA FRASE COMO ESA!

Ah... la impunidad de los que no estudias psicología

 
At 7:05 PM, Blogger Marco Pollock said...

¿Sabés la sarta de imbecilidades que tengo que escuchar yo por haberla escrito?

Ah la impunidad de los que comentan en los blogs.

MP

 
At 8:30 PM, Blogger Lena said...

somos grandes, pollock, admita que le gusta que lo llame así. marco sería un total atrevimiento de mi parte siendo yo una persona seria. somos grandes, pollock, somos grandes.

luna.

 
At 8:33 PM, Blogger Unknown said...

HOY DIGO NO!

ex ex miau

 
At 10:14 PM, Blogger Marco Pollock said...

Luna: Pollock está bien, gracias.

Akumu: No a qué?

MP

 
At 9:37 AM, Blogger Unknown said...

A ud., a todos.

no es evidente?


NO!

ex ex miau

 
At 11:01 AM, Blogger principio de incertidumbre said...

Ey, qué interesante... yo no sabía nada de nada de esto.
Y no creo que haya que censurar las frases posibles de Mr. T.

 
At 11:28 AM, Blogger Marco Pollock said...

Akumu: ¿Cómo quieres que no si sí?

Principio: Nadie pudo censurar a Mister Té... excepto el gobierno de Reagan.

MP

 

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