Otra metida de pata... digo... de pato

Tras el escándalo de su encarcelamiento por homicidio agravado por canibalismo (fuente periodística seria) el controversial animador infantil Donald, alias "el Pato", encontró su apelación complicada cuando fotos incriminatorias lo situaron en el centro de una red de abuso de menores.
El canal que contrata al Pato está muy decepcionado con el hallazgo: "gastamos mucho dinero en hacer de ese pato lo que es hoy en día". Ante la mención de que hoy en día Donald era un depravado sexual y un asesino convicto, la gente del canal aclaro: "si... Bueno... Este... Es cierto, nosotros no pusimos el dinero para eso, por favor, es un presentador infantil, con que sea corrupto y drogadicto era más que suficiente".
El abogado que defiende al Pato está muy decepcionado con el hallazgo: "Mi cliente no se reconoce en esas fotos, podrían ser de cualquier pato vestido con traje de marinero". Este cronista le mencionó que la foto mostraba claramente a Donald, el abogado retrucó: "Vamos, usted puede decirme honestamente que lo reconoce. No me haga reir hombre, si los patos son todos iguales". Este periodista guardó un incómodo silencio. "Además, estoy seguro que no es él". Nueva re-pregunta del avesado periodista desemboca en: "Porque si mi cliente estuviera involucrado en eso, al menos, debería haberme invitado".
El juez que se encargará del juicio de apelación del Pato está muy decepcionado con el hallazgo: "Esas fotos complican el caso de un tal 'Pato' Donald y es una lástima. Por lo del asesinato podía dejarlo ir, pero esto es jodido". Periodista investigativo: "¿Lo hubiera dejado ir?" Sr. Juez: "Claro, es el único programa que mis chicos ven religiosamente (hmm, perdón, tal vez sea una mala elección de palabras), digamos que lo ven asíduamente, y por lo menos, durante esa hora no rompen las pelotas y yo puedo dormir una siesta".
El Pato Donald está (suponemos) muy decepcionado con el hallazgo, pero se negó a hacer comentarios... En realidad, comentó. Pero no entendimos nada.
Pero quién más decepcionada está con todo el asunto es la nena de la fotografía: "La cosa era así, yo ponía una moneda de veinticinco centavos y el Pato empezaba a moverse de arriba para abajo. Pero sólo duró cinco minutos. ¡Cinco minutos! Para eso me quedaba en casa con el tío Juan Carlos".
No ampliaremos, que oscurece.